La noche eterna.






Aquellas noches de incendio.

La vida son ironías en forma de capicúa. 
Y más tarde o más temprano,
 todo vuelve a un punto inicial, 
como un dibujo en forma de perverso lazo. 
La meta se parece al punto de partida,
 y lo del medio es sólo un camino que sirve para que, 
al final,
 comprendamos el inicio.


Pero aún vive el monstruo y aún no hay paz. 

Son ese tipo de sensaciones con las que uno tiene que aprender a convivir, 
hasta el fin. 

Y sigo pensando en que no pienso crecer más. 
Y sigo queriendo romper tus ventanas.
No te aconsejo que te relajes. 
Sí. 



Voy a romper tus ventanas.
Y voy a entrar como el aire.

Love of lesbian.

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