Homenaje al esfuerzo

Porque sigo viva, 
y me levanto cada día, 
o tal vez no pero sí al siguiente.

Por dejarme la piel intentando cuidar de mi misma
sin olvidar a los míos,
luchando por salir de la ruina todos juntos,
o al menos, si es posible, 
compartir lo poco que tengamos.

Porque el destino está escrito y el devenir es absurdo,
y la única constante de la vida es el cambio.

Vida... PUTA VIDA LOCA...

Por eso y por mis ovarios,
porque pienso salir de todo lo que me hunda,
porque así es la vida, y así se la hemos contado,
queridos lectores...

La vida loca,
esa que siempre cambia,
que nunca espera, 
que no respeta...

Que enseña lecciones a puñetazos en el estómago,
y cada día más fuertes.

Pero me pongo asesina y no me achanta...
Ni ella ni nada.

Por eso y porque puedo,
 doy gracias a la vida.

A todo lo que tengo, 
a poder disfrutar de mi música,
mi blog, mi hogar,
mi familia y a quienes amo,
por poder pagarme ese hogar en el que floto...

Por todos aquellos que no lo tienen...

Doy gracias a la marihuana por devolverme la vida en mil ocasiones,
aunque parezca tan mala desde fuera.

Y a tí, sobretodo a tí,
 Sandra,
 por soportarme.






¿Sabes?

 Es como una dulce introducción al coma,
el introducirse lentamente al vacío,

como sumergirse en un lago negro y denso que te consume,
mientras ves y sientes empapar tu cuerpo perdido.


Es notar la piel fría, 

como una cáscara que debería guardar algo que ya no está,
el cofre más bonito para la más oscura de las tragedias:


el sentimiento de ausencia de uno mismo.


Se vuelve cómico el ver danzar los hilos que te llevan,
como títere envejecido y mutilado, 
guardado en la recámara como última opción,
y acicalado para la batalla,
cual sucia ramera con fe en su atractivo.