Por las noches que llegan
y no puedo dormir,
Por las lluvias eternas,
que mojan el asfalto terso y sucio,
que me hacen reflexionar.
Me dan ganas de café y vómito,
de palabras.
Y ando, y ando, paraguas, y cigarro en mano.
y hace frío, frío helador...
y me entristece mi profunda soledad en estos días,
puesto que mi corazón me pide paz y guerras.
Y es mi verdad, o tú verdad, o la suya,
o la verdad,
que tan relativa es,
puesto que jamás podrá ser observada desde un punto fijo.
Y los espejos están manchados, empañados y rotos,
y buscamos en los ojos ajenos aquello que no sabemos ver
de entre nosotros mismos,
entre ceniza y dolor...
Hago mía la música y la respiro,
junto al olor a humedad,
y dejo mis dedos fluir entre el bombeo,
que me hace sentir libre y divertida.
Tengo ganas de sentir tu peso sobre mí,
pero no el carnal,
sino el de tu espíritu.
Tengo ganas de que llegue,
espero que llegue...
el primer día de nuestras vidas.
Cuando desnudemos el alma y no el cuerpo,
para compartirnos y deleitarnos,
dejando los prejuicios atrás.
Vaciarnos sobre los hombros,
como humo efímero y breve,
suave y amargo.
Creo que entonces,
será cuando podrás verte a través de mis ojos,
y sucumbir al entendimiento.
Ausencia de gravedad y tiempo,
es lo que busco cuando rozo la línea
entre lo mortal,
y lo eterno.
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