(Andrew Salgado)
Los jóvenes ya no son tan jóvenes,
la felicidad no es lo que era,
el amor se evaporó,
y aquellos que lo respiraron,
sufren sus secuelas.
Nuestro problema de prisa degenera,
todos trastornados, locos,
imposible olvidar mil detalles,
tiempo al tiempo curarán
los restos de alma que nos queden,
si es que la más puta deja alguno.
Crecemos antes de la cuenta,
sin saber que la infancia es aquello,
que de haber perdido,
más nos duele.
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