El reclamo y la exigencia como fieles compañeros,
frente a la duda y la cuestión,
candente y cohibida.
Se sientan, frente a frente, elaborando su discurso,
sin mirar más que al espejo, que, difuso reflejo impacta.
Los brillos ciegan y confunden,
y me mareo, puesto que mía sólo soy,
aunque en mil pedazos me reparta.
Nunca nadie fácil hizo...
Los caminos separados,
que a veces, en la distancia, vuelven a unirse,
no deberían ser juzgados,
pues las almas vuelan libres,
y mis regalos siempre puros,
no son culpables de desdichas.
Siempre el amor es sincero,
aunque parezca perdido,
una vez tomado.
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