Siento las personas, los hombres,
me rodean, me envuelven, me respiran,
me asfixian.
Absorben mi esencia, aún breve y escasa,
la saborean...
Mantengo las distancias, me alejo.
No estoy preparada para convertirme en nadie.
Mi futuro cambia a cada segundo,
y no, no estoy preparada para volver a enterrarme en vida,
clavando mi propia fosa.
Y entonces vuelvo atrás
vuelvo a la cuenta atrás
y recuento las varias posibilidades
para hacer aún más obvio y certero
Que no hay un todo
fisico, mental, espiritual.
Ya no soy aquella niña enamorada de un ideal,
de una necesidad.
Ahora quiero saltar desde la ventana,
sin miedo.
Y volar alto, planear,
con ese hipotético compañero a mi lado.
Saltaremos juntos, volaremos juntos,
caeremos juntos,
y juntos...
Nos levantaremos.
Si fuera capaz de arrancar los retales y crear un todo...
Ni siquiera quiero eso...
Me limito a bailar sobre los minutos que voy dejando atrás
desgastando la suela de mis zapatillas...
Las creencias se desvanecen
y caen en pedazos junto a mis carencias.
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