Y ya no queda nada que me motive
o me incite a pasar las noches
locas aporreando el teclado de mi ordenador
Intento centrarme, y desde el otro mundo,
voy volviendo lentamente al mundo real
fumando más que nunca
experimentando más que nunca
volviendo a las pinturas
dejando mis manos fluir más allá de la lírica
y la retórica
perdiéndome en la brevedad de los días
haciendo mías las camas ajenas que antojo
para compartir momentos de frío y soledad
con cuerpos hambrientos del mío,
que no siempre correspondo
desapareciendo en la mañana como una sombra
que se fue sin llegar, como un tacto frío
el de las sábanas al entrar en la cama...
volviendo a mi "no vida"
que vivo como la "no muerta" que soy
y construyo brevemente
castillos sobre nubes, de naipes
que yo misma destrozo
al resoplar
y rezumar desesperación.
Oscuridad.
Noviembre.
Y aún quedan dos o tres más...
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